Dos formas de hacerse narrador en Irán

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[En Irán], los pasos para convertirse en narrador varían de una persona a otra. […] Lo más común es que el narrador aprenda su arte de un maestro de la narración. Como alumno (shagerd), toma clases de un maestro (ostad) al que paga por las clases y por proporcionarle los materiales. El propio maestro es un narrador en ejercicio. El alumno trabaja en solitario con su maestro. La formación hace hincapié en aprenderse el material de corrido. Al alumno se le enseña la obra literaria Shanama [“El libro de los reyes” de Firdusi, 940-1020 d. C.], estrofa a estrofa. […] Además del trabajo literario, el alumno debe copiar y aprenderse el tumar, que recibe de su maestro. Este tumar es un esquema en prosa de los episodios que componen los relatos que contará. El alumno también aprende filosofía y religión, además de poesía de otros autores distintos de Firdusi. El periodo de formación varía de persona en persona. […]

Un narrador puede entrar en la profesión por su cuenta, sin haber pasado por una formación más rigurosa. Quizá, simplemente, atraído por el arte de narrar historias, vaya a escuchar a varios narradores, aprenda a narrar a fuerza de escucharlos, se busque la parte literaria y la memorice, y empiece luego a ejercer su nuevo oficio.

Professional storytelling in Iran: Transmission and practice”, Iranian Studies, vol. 12, 1979, pp. 198-199
Ilustración inspirada en pinturas rupestres de Lesotho

Un comentario en “Dos formas de hacerse narrador en Irán

  1. No se desde cuando existe esta tradición de formar a los narradores aunque me da la sensación de que tiene cierta antigüedad, lo veo como algo muy instaurado en la sociedad musulmana, esa importancia al cuento, a la forma de narrarlo, al narrador…..esa idea del «arte de narrar»… Creo que los narradores, tenían un lugar, un espacio en la vida cotidiana, se les podía encontrar una tarde o una noche entre parientes o amigos, quizás eran imprescindibles en las celebraciones importantes…
    Me fascina de que manera cuidaban y cuidan este mundo mágico de la narración, ,su necesidad de que sigan existiendo los narradores, su necesidad de seguir siendo acompañados de esas historias que les recuerdan quienes son.

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