Quizá nunca sea posible escuchar el final

A los khanty [de Siberia] les encanta narrar cuentos maravillosos, sobre todo por la noche. En los campamentos del bosque, cuando todos se van a acostar, un anciano sigue contando historias mientras haya alguien que siga despierto. Una de mis amigas me dijo que, de niña, intentaba no quedarse dormida mientras el anciano narraba historias, pero que nunca logró escuchar el final. Quizá nunca sea posible escuchar el final porque lo que normalmente se traduce como «un cuento maravilloso» o «un relato», significa realmente «una senda» o «una senda como destino». Mi buen amigo y maestro Leonti Taragupta me habló una vez de esto.

Natalia I. Novikova, «Self-Government of the Indigenous Minority Peoples of West Siberia: Analysis of Law and Practice», de People and the Land. Pathways to Reform in Post-Soviet Siberia, ed. Erich Kasten, Berlin: Dietrich Reimer Verlag, 2002, pp. 83-97

Ilustración: Énso

2 comentarios en “Quizá nunca sea posible escuchar el final

  1. Lo cierto es que en los cuentos siempre se hace un camino y los que los escuchamos caminamos junto a los protagonistas, tocamos y vemos lo que ellos ven, sufrimos y nos alegramos con ellos, sentimos sus experiencias, muchas veces, como si fueran las nuestras.
    En la noche, cuando la mente deja, ante el cansancio del día, su frenética actividad, la narración de un cuento nos invita a caminar con él, a atravesar sus mundos y personajes siguiendo sus pasos…Cuando la mente no está presente el cuento nos ocupa totalmente, y entregados a la fantasía, dormirse, es como seguir en ese mundo donde todo es posible sin necesitar al guía.

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