Antes de iniciar un recital del Manas, Keldibek dijo a sus pastores que acudieran sin temor al campamento porque su ganado regresaría a casa por sí mismo, y nadie, fuera persona o animal salvaje, podría robarles una oveja mientras él estuviera cantando el Manas. Pero cuando empezó a cantar la yurta se puso a temblar, se desató un poderoso huracán en medio de cuya oscuridad y estruendo descendieron volando los compañeros de Manas, de tal modo que se agitó la tierra bajo los cascos de sus caballos.
Poder de las historias
Una buena historia protege la casa
Saber un buen relato sirve para proteger tu hogar, tus hijos y tus bienes. Un mito es igual que unos sólidos cimientos de piedra: dura mucho tiempo.
Navaho; C. Kluckhohn, “Myths and Rituals: A General Theory”, en Harvard Theological Review, vol. 35, 1942, p. 74.
Ilustración inspirada en el arte de los indios de la costa noroeste de América.
Los cuentos son la cultura misma
Lo cierto es que, en una tierra falta de lengua escrita, el pueblo [Ainu] debe hacer un gran uso de la memoria. Todo lo importante deben confiarlo a la memoria. Para una comunidad así las viejas tradiciones son la historia, la literatura, la filosofía, la ciencia, la escritura sagrada, el código de conducta. En otras palabras, los cuentos son el conocimiento, la religión, el derecho, la cultura misma. Para vivir de forma independiente, un ainu debe conocer a grandes rasgos las leyendas y tradiciones de su comunidad, especialmente si está entre quienes ejercen el mando.


