“Af a mayse fregt men nish ken kashe!” [Yiddish, uno no hace preguntas sobre un relato], reza un viejo dicho yiddish, y el motivo es comprensible: kashe y mayse están en polos opuestos. Donde kashe procede de la razón, la lógica y la realidad, mayse necesariamente empieza donde la razón termina. Kashe se origina en el cerebro, y mayse en el corazón. Kashe pregunta: ¿cómo es esto posible? Mientras que mayse no conoce límites. Es, por tanto, obvio por qué uno no hace una kasha [pregunta], que compete totalmente a la realidad, sobre un mayse [relato], que compete totalmente a la fantasía.
Abraham Rechtman, The Lost World of Russia’s Jews: Ethnography and Folklore in the Pale of Settlement, traducción de N. Deutsch y N. Barrera, Bloomington: Indiana University Press, 2012, pág. 254
Ilustración inspirada en un dibujo textil japonés