Solo un narrador intentó alguna vez explicar por qué todos los relatos [de los cree] empiezan «Wisahkitchak iba caminando». Este narrador explicó que, puesto que estaban creciendo, podía contarle a su público de niños cómo empezaba el relato.
En el principio, Wisahkitchak estaba sentado. Donde estaba sentado, no había nada. No había más que un pedazo de tierra. Wisahkitchak sopló sobre él y el pedazo se hizo más grande. Se preguntó lo grande que debía hacerlo. Este pedazo de tierra era el mundo mismo. Entonces Wisahkitchak hizo un coyote; Wisahkitchak le dijo al coyote que corriera alrededor del borde del mundo y regresara. Regresó, y le dijo a Wisahkitchak lo grande que se había hecho el mundo. Esto sucedió muchas veces.
Wisahkitchak siguió soplando. No tenía bastante. Mientras el coyote estaba ausente, Wisahkitchak hacía más animales, en su mayor parte animales de caza y aves. Entonces mandó partir al coyote la que quizá sería la última vez. Wisahkitchak se cansó de esperar a aquel pequeño coyote. Entonces Wisahkitchak se levantó por primera vez. Se levantó y echó a andar en busca del coyote.
Este es el principio del relato, y el final. El resto de las historias sobre Wisahkitchak son ramificaciones de sus viajes; este relato es la raíz. Nadie ha oído nunca que Wisahkitchak dejara de caminar, por lo que debe de seguir buscando a ese coyote.
Cree de la llanura, Alberta (Canada). Regna Darnell, «Correlates of Cree narrative performance», en R. Bauman y J. Sherzer (eds.), Explorations in the Ethnography of Speaking, segunda edición, Cambridge: Cambridge University Press, 1996 pág. 465, nota 7
Ilustración: rama de ciruelo floreciendo
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