Los mitos son, ante todo, ‘verdades ficticias’, que transmiten verdades importantes para la vida, pero que para nosotros, y en ocasiones para los indios, son ficticias. Los tewa de Santa Clara, en Nuevo México, introducen algunos de sus relatos con palabras como estas: ‘En un lugar que nunca hubo, en un tiempo que nunca fue, esto no sucedió’.
Los indios nootka de la isla de Vancouver, insisten en la verdad literal de cómo el fundador de un grupo de parentesco obtuvo sus prerrogativas. Estos relatos son ciertos porque la aventura inicial tuvo lugar, y el relato se ha transmitido desde entonces en una cadena de sucesión que nos es conocida. Pero es posible referirse en inglés a los mitos como fairy stories (cuentos de hadas). La herencia, en suma, es un hecho histórico, pero las verdades de los mitos pueden ser de otro tipo.
Dell Hymes, «Notes toward (an understanding of) supreme fictions», en I know only so far: Essays in Ethnopoetics, Lincoln y Londres: University of Nebraska Press, 2003, pág. 382
Ilustración inspirada por la decoración de huevos de avestruz de los pueblos bosquimanos









