El cacarañado Liu de Nanjing era de tez oscura y su rostro estaba repleto de cicatrices y granos. No cuidaba su aspecto, que le era indiferente, como si estuviera hecho de arcilla o madera. Era un narrador de historias magistral. Contaba una vez al día. El precio era un tael de plata. Incluso si venías diez días antes para obtener una cita y pagar la entrada, no podías asegurarte de que estaría libre.
[…] Una vez le oí actuar en el estilo sencillo de narración (sin acompañamiento musical) el relato “Wu Song lucha con el tigre en la montaña de Jingyang”. Era muy distinto de la versión transmitida en los libros. Sus descripciones e ilustraciones eran de lo más detalladas, pero también sabía dónde cortar el hilo y hacer una pausa, y nunca se ponía parlanchín. Su voz resonaba como una gran campana. Cuando llegaba a un momento emocionante, vociferaba y bramaba de tal forma que parecía que la casa iba a venirse abajo.
En el momento en que Wu Song llega a la posada y pide vino, no hay nadie en el local. Ante el repentino clamor de Wu Song, las jarras y vasijas vacías emiten un sonido tintineante. De este modo añadía colorido a cada intervalo, y ponía todo su empeño en cuidar los detalles.
Sólo cuando sus huéspedes estaban sentados y totalmente atentos, con las orejas listas para escuchar, empezaba él a contar. Pero si se percataba de que alguien entre los criados susurraba al vecino, o si sus oyentes bostezaban o mostraban otra señal de sopor, se detenía de inmediato y nadie podía forzarlo a empezar de nuevo. Cada noche, limpias ya la mesas y apagadas las lámparas, cuando los sencillos cuencos de té se habían repartido con toda calma, poco a poco, empezaba él a contar…
Zhang Dai, 1597-c. 1684, presenció en 1638 una actuación de Liu Jingting y escribió sobre ella en su obra Tao’anmengyi, “Recuerdos de los sueños pasados de Tao’an”. El pasaje lo citan Vibeke Bordhal y Jette Ross en su libro Chinese Storytellers: Life and Art in Yangzhou Tradition, Boston: Cheng &Tsui Company, 2002, pág. 62
Un comentario en “Liu Jingting era un narrador magistral”
Hola de nuevo…
Si uno quiere ser un buen narrador debe de desaparecer de la ecuación, suena radical, lo se, el buen narrador debe llevarnos e introducirnos en la historia, hemos de estar ahí, en primera fila para verla, hemos de estar donde esta ocurriendo la historia sino la magia no se da…la magia funciona cuando tu estas viendo al dragón, cogiendo la pesada espada, saltando entre montañas, hablando con el duende o huyendo del diablo, hablando con el árbol o convirtiéndote en un zorro….el que es capaz de llevarnos hasta ahí es un gran narrador….y yo me pregunto….que mas da su aspecto?
Hola de nuevo…
Si uno quiere ser un buen narrador debe de desaparecer de la ecuación, suena radical, lo se, el buen narrador debe llevarnos e introducirnos en la historia, hemos de estar ahí, en primera fila para verla, hemos de estar donde esta ocurriendo la historia sino la magia no se da…la magia funciona cuando tu estas viendo al dragón, cogiendo la pesada espada, saltando entre montañas, hablando con el duende o huyendo del diablo, hablando con el árbol o convirtiéndote en un zorro….el que es capaz de llevarnos hasta ahí es un gran narrador….y yo me pregunto….que mas da su aspecto?
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