Desde nuestro campamento cerca de las orillas de este famoso lago [Urmia] a la ciudad de Maragheh hay dieciocho millas: hicimos la etapa durante la noche. El mulá Adinah, narrador de Su Majestad, estaba en nuestro grupo. El elchee (embajador) le pidió que amenizara el tedio del camino con un cuento.
–¿De cuántos farsekhs* lo queréis? –fue su respuesta.
–De cinco, por lo menos –fue la respuesta.
–Puedo complaceros a las mil maravillas–dijo el mulá–, tendréis a Ahmed el zapatero.
No pude evitar reírme de esta forma de medir un cuento; pero me aseguraron que era una costumbre habitual, surgida del cálculo que los narradores profesionales se veían obligados a hacer del asueto de sus oyentes. A cualesquiera otros comentarios sobre esta costumbre puso fin el mulá Adinah, pidiéndonos que calláramos y prestásemos atención; satisfecho su deseo, empezó de este modo:
–En la gran ciudad de Isfaján vivía Ahmed el zapatero, un hombre honrado y hacendoso… [el cuento ocupa 19 páginas].»
* 1 farsekh = c. 3 miles = 5 kilómetros.