«En las principales ciudades iraníes aún es posible encontrar al narrador profesional (naqqal) que actúa a diario ante un público de hasta cien o doscientos hombres. Si bien este arte se ha practicado en Irán durante siglos, está desapareciendo rápidamente. […]
»Todo narrador está vinculado a un café al que un público masculino acude diariamente en momentos concretos para verlo actuar. Un narrador puede actuar en dos cafés en un día o dos narradores pueden actuar a distintas horas en el mismo café. […] La clientela se compone sobre todo de habituales que acuden cada día a escuchar el relato. Los hombres desarrollan vínculos con el narrador, el café y la hora del día. Un miembro del público puede declarar que el narrador es tan bueno que va a escucharlo, pero lo más probable es que el público no vaya a otro café para escuchar al mismo narrador. El oyente también es dado a marcharse una vez «su» narrador ha terminado, sin esperar a escuchar a otro que quizá actúe más tarde. Durante el recital, sin embargo, se espera que todos los presentes estén atentos. Si un narrador es bueno, el público estará interesado de verdad. El narrador no tendrá el menor reparo en llamar la atención sobre los malos modales de quienes hablen durante el recital. Así pues, cierto grado del éxito de un narrador puede apreciarse en su capacidad paracautivar a un público fiel y en su capacidad de sumar al público a otras personas atraídas por el recital.»
Mary Ellen Page, “Professional storytelling in Iran: Transmission and practice”, Iranian Studies, vol. 12, 1979, pp. 196-197
Ilustración inspirada en la cerámica de la cultura Mimbres, Nuevo México
Un comentario en “Los narradores profesionales iraníes”
Me llama la atencion de esta entrada la parte que dice que los hombres desarrollan vinculos con el narrador, el cafe y la hora del dia, y es que tiene algo de religioso, de ritual, de ceremonioso. No es cualquier narrador, es uno, el que a mi me gusta. Es el cafe, su aroma,su negrura y esa excitacion que provoca………..Es la hora, esa y no otra donde lo masculino se relaja y surge niño avido de historias, es ir a jugar con otros niños, donde quizas ria y llore escuchando la narracion, quizas escuchada mil veces pero nunca se esta igual….y esta esa intimidad que se establece entre el narrador y el oyente por que para el que escucha solo se lo estan explicando a el.
Me llama la atencion de esta entrada la parte que dice que los hombres desarrollan vinculos con el narrador, el cafe y la hora del dia, y es que tiene algo de religioso, de ritual, de ceremonioso. No es cualquier narrador, es uno, el que a mi me gusta. Es el cafe, su aroma,su negrura y esa excitacion que provoca………..Es la hora, esa y no otra donde lo masculino se relaja y surge niño avido de historias, es ir a jugar con otros niños, donde quizas ria y llore escuchando la narracion, quizas escuchada mil veces pero nunca se esta igual….y esta esa intimidad que se establece entre el narrador y el oyente por que para el que escucha solo se lo estan explicando a el.
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