En malayo, pengiluar lara, ‘disipador de cuitas’, es el nombre de alabanza del narrador que posee el arte de cautivar a sus oyentes. A lo largo de los siglos el narrador malayo desarrolló y refinó su arte hasta convertirlo en la expresión misma del raudo movimiento del caballo del príncipe; los ondulantes bucles de la serpiente; la ninfa celeste surcando el cielo, luminoso y áureo. Inimitables son las imágenes que salpican los cuentos malayos.
Jan Knappert, Mythology and Folklore in South-East Asia, Oxford University Press, 1999 pág. 195
Dibujo inspirado en una pintura rupestre de Kakadu, Australia
Me encanta este nombre, el disipador de cuitas, el disipador de penas y pesares. este debería ser un titulo oficial para todos los narradores y titulo merecido, a mi desde luego me las disiparía todas. Si un narrador es capaz de trasladarnos al lugar, al color, a las circunstancias de la narración, a los sentimientos de los personajes y hacer que nuestras penas desaparezcan por un rato, este, merece este titulo, y lo que esta claro es que se ha de ser un virtuoso..
Me encanta este nombre, el disipador de cuitas, el disipador de penas y pesares. este debería ser un titulo oficial para todos los narradores y titulo merecido, a mi desde luego me las disiparía todas. Si un narrador es capaz de trasladarnos al lugar, al color, a las circunstancias de la narración, a los sentimientos de los personajes y hacer que nuestras penas desaparezcan por un rato, este, merece este titulo, y lo que esta claro es que se ha de ser un virtuoso..
Me gustaMe gusta