Los recitales narrativos variaban también en otra dimensión, la de la explicitud y extensión. Un narrador admirado podía desgranar un relato de la extensión que quisiera a base de añadir detalles, pero también podía plasmar la esencia del relato de forma breve. Quienes ya conocían los relatos podrían evocarlos mediante los detalles proporcionados. La presuposición de que una parte representa apropiadamente al todo sigue viva, y quienes te atribuyen un conocimiento de los relatos a veces muestran sorpresa cuando preguntas por un detalle que no se ha dado. […] Un relato termina, como relato y como evento, pero el corpus narrativo y el mundo de los relatos no tiene fin.
Dell Hymes, “Discovering Oral Performance and Measured Verse in American Indian Narrative.” In “In vain I tried to tell you”: Essays in Native American Ethnopoetics, Philadelphia: University of Pennsylvania Press, 1981, p. 322
Ilustración inspirada por la decoración de huevos de avestruz de los pueblos bosquimanos.
Me doy cuenta de que los detalles enriquecen una narración, que se pueden olvidar y que los oyentes los recuerden, muestra de que manera escuchaban al narrador y esta claro, estaban ahí donde ocurría la historia…ah…eso es fascinante…es mágico, es una manera de hacer suya la narración…. tiene algo de onírico pues cuando recordamos los sueños al cabo de un tiempo muchas veces añadimos detalles no por invención gratuita sino por que lo añadido es algo que vagamente se recuerda y creemos que formaba parte de lo soñado….
Los detalles pueden evocar el todo, si, por que el todo esta formado a base de trozos, mas grandes, mas pequeños, algunos quizás insignificantes, otros muy importantes.. otros imprescindibles, pero eso es como esta hecho todo, no?….
Hasta la próxima..
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